En el 2012, gané un concurso de oratoria en japonés y con ello boletos para ir a Japón. Quería intentar tener mi primera exposición artística individual alli aunque fuera un estudiante universitario sin contactos, ni informacion ni experiencia. No sabía nada de nada, pero quería aprovechar esa oportunidad. Aquí abajo dejo el texto que escribí cuando lo logré.
Antes de venir a Japón mandé emails a más de 100 galerías diferentes en Tokyo. De las cuales... 5 me respondieron. 3 me dijeron "gracias por participar" ... básicamente, o tenían la agenda llena, o mi arte no era del "estilo" de la galería... Las otras 2 (de cien, recuerden) me dijeron que estaban interesados en ver mi arte y discutir mi proyecto. Cuando llegué a Japón, dejaron de contestar mis emails.
Siempre que en Tokio veía algun lugar prospecto y por alguna razón no podía entrar a platicar, anotaba sus datos y les mandaba un mail... hice lo mismo con éste lugar... y recibí una respuesta positiva. Cuando agendamos un dia para vernos, al ver la serie que quería exponer y el texto en inglés y japonés, junto con el borrador de mi flyer para promocionar el evento, el dueño dio luz verde y me preguntó cuando quería exponer y cuanto tiempo.
Me dió tanta libertad de elección que no supe qué decir.
Antes de venir a Japón mandé emails a más de 100 galerías diferentes en Tokyo. De las cuales... 5 me respondieron. 3 me dijeron "gracias por participar" ... básicamente, o tenían la agenda llena, o mi arte no era del "estilo" de la galería... Las otras 2 (de cien, recuerden) me dijeron que estaban interesados en ver mi arte y discutir mi proyecto. Cuando llegué a Japón, dejaron de contestar mis emails.
Pero no tiré la toalla. Estuve llendo casi a diario a Ginza con mi laptop con mi portafolio digital y la serie que quería exponer. Ginza es un distrito en Tokio muy cosmopolita y lujoso, con tiendas departamentales, restaurantes, y más importante para mi: galerías de arte. Es un lugar muy competido. Todas las galerías les cobran a los artistas una comisión por rentar el espacio, no sin antes ver el nivel de tu arte, tu estilo y demás. El costo es alto, usualmente por semanas, y encima de eso si vendes algo, el 60% va para la galería y el 40% para ti. Los números casi no cambiaban.
Hubo una galería en Ginza que me ofreció exponerme sin cobrarme comisión. Me enseñó el espacio donde podía exponer, me preguntó por dimensiones, platicamos un poco, pero cuando estaba a punto de agendarme, me dijo que la última apertura en la agenda era hasta Agosto del 2013. No se ajustaban las fechas con mi estancia en Japón.
En mi travesía por Ginza, Harajuku y Shimokitazawa (lugares con escena artística muy fuerte en Tokio) conocí a muchos artistas, dealers, managers, dueños de galerías, etc. Fue una experiencia muy enriquecedora. Algunos artistas cuando les contaba de la galería que me ofrecieron sin cobrar me dijeron que me tenían envidia.
Hubo gente que me decía que no me diera por vencido, que mi arte era muy diferente a lo que se exponía en Japón y que a fuerza habría alguien interesado. Hubo gente que me dijo que en Tokyo el nivel era tan alto y la escena era tan arrogante y pretenciosa que a lo mejor y no podía.
Pero en fin, ¿cómo conseguí el lugar? Pues... la vida da vueltas locas. Habiendo bailado breakdance frente a una banda que se puso a tocar en la estación de Shibuya sin permiso, el lider de la banda me regaló un boleto para su próximo concierto. La sede era un lugar con un espacio para presentaciones de música en el sótano y un restaurant/bar artístico en la planta alta.
Siempre que en Tokio veía algun lugar prospecto y por alguna razón no podía entrar a platicar, anotaba sus datos y les mandaba un mail... hice lo mismo con éste lugar... y recibí una respuesta positiva. Cuando agendamos un dia para vernos, al ver la serie que quería exponer y el texto en inglés y japonés, junto con el borrador de mi flyer para promocionar el evento, el dueño dio luz verde y me preguntó cuando quería exponer y cuanto tiempo.
Me dió tanta libertad de elección que no supe qué decir.
Creo que me trabé un poco al hablar ese día porque no me esperaba que me dijeran tán rápido que sí. Además ya estaba acostumbrado a los "no"s... Por limitaciones de tiempos y otras cosas que hacía en Japón, me comprometí a montar todo en menos de una semana. No recuerdo cómo conseguí imprimir, enmarcar y montar todo, y encima distribuir flyers en lugares artísticos que había visitado antes.
A la inauguración vinieron más de 30 personas. He recibido puros comentarios positivos, e incluso ya he vendido algunas impresiones de las obras que expuse como parte de esta serie.