• Inicio
  • Acerca
  • Arte
    • Arte Visual
    • Música Original
    • Música (Covers)
  • Cursos

romerojp

Reciéntemente le he dado una despolvada a mi portafolio y he empezado a crear arte de nuevo. Esto ha hecho que mi proceso de creación salga a tema con amigos y familiares. Me di cuenta que muchas de las decisiones que tomo cuando formo mi obra me parecen obvias porque ya se han "marinado" en mi cabeza por mucho tiempo. Pero tal vez estas decisiones no sean tan evidentes para alguien más. De ahi parte el tópico de hoy: si mi obra tiene como tema recurrente al ser humano, ¿porqué generalmente evito representar caras?

1. La universalidad y la introspección

Al evitar rasgos faciales específicos, busco crear una representación más universal del ser humano. Al dejar un caparazón de la forma humana, una insinuación, es más fácil que una amplia gama de espectadores se puedan relacionar a la obra. Este enfoque es visto típicamente en obras de artistas como Alberto Giacometti, que creaba esculturas abstractas de figuras que daban sólo suficiente detalle para empezar a echar a andar la imaginación, pero no tanto como para que todos atribuyeramos el tema de la obra a alguien específico. Esto permite que cada quién proyecte sus propias emociones, experiencias y narrativas en la obra.


2. La expresión corporal y externa al cuerpo

Casi siempre trato de materializar lo que nace a partir del ego, es decir, cosas como el orgullo, la tristeza o la envidia. Por eso quisiera amplificar estos sentimientos e interpretarlos a través de la expresión corporal y el entorno de mis símbolos humanos. Me parecería limitante por ejemplo, expresar tristeza por medio de una cara llorando. ¡Cuando uno se siente triste, no se siente sólo en la cara! El escultor Henry Moore es un ejemplo de esto, pues hacía abstracciones de la figura humana, muchas veces completamente carentes de rostros. Moore enfatizaba la relación entre las formas humanas y el espacio circundante, creando una sensación de movimiento y tensión. Sus figuras humanas a menudo se doblan, estiran y entrelazan, lo que puede evocar sentimientos de unión, vulnerabilidad o incluso lucha.


3. Lo absurdo o enigmático

Esto es típico de los surrealistas. Yo creo que desafiar la lógica y la realidad convencional hace que el que vea la obra sea capturado por el misterio. Cuando se trata del arte, me fascina ese sentimiento perturbador, extraño, de que algo está mal al ver una obra. Muchas veces esta disonancia de cosas que "huelen" a la realidad pero no alcanzan a serla pueden hacernos sentir miedo, pero otras veces curiosidad. Ésta curiosidad es la que más me gusta a mi experimentar, y me pasa mucho cuando admiro obras de Salvador Dalí.


La consultoría no era mi llamado. No soñaba con ello y ni sabía de qué se trataba. De hecho la ingeniería en tecnologías computacionales tampoco fue mi primera opción. Hace años estudiaba una licenciatura en animación y arte digital. Lo que más me llamaba la atención era lo segundo. Yo estaba fascinado con el mundo híbrido del arte y la tecnología.

El JP de secundaria era un nerd que se pasaba horas, sólo frente a su computadora, picándole a todo en photoshop. Participaba en foros donde otros personas (yo supongo que también otros niños como yo) compartíamos y criticábamos nuestras creaciones.

Al mismo tiempo, siempre me llamó la atención la programación. Era un niño arrogante que se jactaba de probar cosas que leía en internet. En ese entonces, la seguridad de los navegadores no era tan priorizada, y uno de los scripts que más me gustó poner en el salón de computación de secundaria usaba un VBscript para abrir y cerrar la unidad de CD de una computadora. Incluir este script dentro de una ventana que con javascript abría una copia cada que la cerrabas podía obligar al usuario a matar el proceso desde el administrador de tareas. Ah... travesuras de un nerd de secundaria. 

No lo hacía de manera encubierta. Recuerdo haberle presumido a mi maestra de computación de secundaria lo que podía hacer. Probablemente por eso nunca me interesó el hacking, la creación de malware o cualquier cosa realmente maliciosa. Me gustaba el aspecto creativo detrás de los scripts, no tanto el realmente afectar a alguien. Por eso no era enteramente un script kiddie.

Eventualmente no me titulé como artista digital, me titulé como ingeniero. No tenía muy claro en qué empresa quería trabajar. Seguía especializado en tecnologías web - interés cautivado desde aquél momento en que jugaba en secundaria. Por pura casualidad terminé en una consultoría que tenía un solo proyecto enteramente web. El barco se estaba hundiendo, y consistía en el desarrollo de un sitio de reservaciones basado en PHP y MySQL. Al inicio hacía muchas actividades de bombero, apagando fuegos que eran producto de una mala definición de requerimientos, una mala estimación de tiempos, o simplemente bugs de casos de uso que nunca fueron sujetos a testing.

El barco se salvó y yo me fui moviendo a otros proyectos. Obtuve mi maestría en ciencias computacionales avanzadas. Mis materias favoritas eran las de modelación y consultas de bases de datos. Pero ningún otro proyecto de consultoría era de tecnología web. Por casualidad terminé especializándome en la gestión y gobernanza de datos. Curiosamente, es similar a la seguridad informática en que el eslabón más débil casi siempre es humano. Ya van a ser 8 años, donde cada vez hago menos cosas técnicas, y ahora me desarrollo más como consejero funcional.

No se cuál era el propósito de esta entrada, pero tal vez es decir que mi cerebro híbrido al que le gusta el arte, la creación y la tecnología resultó ser bueno para la consultoría. Y si hay alguien como yo que no sabe a qué dedicarse, ésta podría ser una buena opción.

Para los que no me conocen, he practicado breaking intermitentemente a lo largo de los años. Mi primera batalla la tuve en el 2010, y en Monterrey me conocen bajo el apodo Bboy Vampiro. No me considero particularmente hábil en comparación a otros de la ciudad, pero me gusta pensar que estoy en cerca del promedio. Generalmente calificaba a las rondas eliminatorias de los eventos locales, y llegué a ganar primeros y segundos lugares en competencias en equipo.

A los practicantes de esta disciplina, o "bboys", les llegó hace unos años como bomba la noticia de que el breaking formaría parte de los Juegos Olímpicos de Paris en el 2024. Algunos lo festejaron porque sería mundialmente reconocido, pero otros siguen sin estar convencidos. Y es que lo ven como un ataque a las raíces del baile que crearon un grupo de adolescentes en Nueva York en la decada de los setentas.

La preocupación número uno es que el baile pierda su esencia y libertad. Obviamente, el breaking nunca ha tenido una estructura formal o algún organismo que regule competencias y competidores con estándares y procedimientos. Pero hay reglas socialmente reconocidas y no escritas, definidas por la comunidad.

Las reglas más universales son:

  • Por mas agresivo que se baile, nunca se agrede físicamente a un contraincante
  • No se deben copiar pasos, movimientos o trucos (excluyendo los básicos que se consideran fundamentales) El copiarse algo se le llama en inglés "biting" y en México se ha usado el termino "morder".
  • No se debe de descuidar la ejecucción del baile. Generalmente si un bboy se equivoca, su contraincante lo hará notar inmediatamente.
  • Se debe de evitar verse repetitivo. Se valora la originalidad y el tener un arsenal extenso de movimientos. 
  • Las rondas no tienen limite de tiempo, pero es negativamente visto quedarse en la pista mucho tiempo sin hacer gran cosa.
Sin embargo, aunque estas reglas hoy las acaten bboys de todo el mundo, el breaking sigue teniendo un problema fundamental: las competencias.

Para hacer un evento, se necesita uno o dos DJs que puedan estar encargados de la música, y generalmente de tres a cinco jueces para decidir quién gana y quién pierde. Cada bboy tiene un determinado numero de "entradas" y se alternan entre ellos hasta terminar la batalla. Si la batalla era clasificatoria, no se dice quién gana. Pero si la batalla ya era en una ronda de eliminación, los jueces levantan sus brazos y apuntan hacia el bboy ganador.

Los jueces son el problema. Al no haber una organización autoritaria, la única manera de tener alguna semblanza de autoridad es invitando jueces veteranos, que sean famosos, que hayan ganado mucho antes. Es decir, su autoridad se basa en su reputación. Pero estas cualidades no significan que necesariamente puedan ser buenos jueces de una batalla.

Así como un jugador de fútbol profesional no necesariamente puede ser un árbitro del mismo juego - no se debería de asumir que por haber tenido habilidad para ganar, se sea bueno en estos otros aspectos.

Precisamente como no hay una organización reguladora, muchos bboys son escépticos de las victorias de otros bboys - especialmente cuando algún juez en la batalla es su amigo. Las acusaciones de corrupción hacia los jueces son comunes. Lo viví de primera mano aquí en Monterrey. Lastimosamente no hay manera de atender estas quejas, puesto que también es común que surjan de un bboy que no quiere aceptar su derrota. Por eso a veces hay jueces que se rehusan a votar en rondas donde compita alguien de su mismo equipo.

Por si fuera poco, muchas veces los jueces tienen sus propios gustos y pueden calificar completamente diferente a un bboy. Un bboy puede hacer una entrada enteramente sin trucos, concentrándose en sus pasos en el suelo (lo que llamamos footwork) o incluso enteramente en sus pies (lo que llamamos toprock). Estaría sujeto a la interpretación de los jueces si su entrada es más fuerte o más debil que la de un bboy que se concentró en hacer un par de trucos acrobáticos de clase mundial. Esto es típico en otras artes. ¿Es mejor tocar 10 segundos de un solo de guitarra complicado o 3 minutos de una sencilla canción pop? ¿Mejor para quien? ¿Mejor para qué? Este tipo de preguntas no tienen respuesta correcta. Calificar arte es difícil.

Lo que queda claro es que todos estos problemas no son típicos de un deporte olímpico, y por eso se tenía que formalizar la manera de calificar cada ronda en una batalla. Y aunque el sistema que se usará en Paris fue desarrollado por bboys, siguen habiendo algunos que piensan que la burocracia afectara a la disciplina. Hay que considerar también que lo "comercial" y las reglas apretadas son el némesis del hip hop - se ve incluso en disciplinas hermanas del breaking como el rap, donde el ser comercial rara vez es visto como algo que alardear. Mientras más callejero, mejor recibido.

Pero, ¿cómo juzgas algo tan subjetivo?  Claramente ambas maneras tienen sus pros y sus contras. Yo creo que independientemente del sistema, será una oportunidad enorme para que este baile llegue a todo el mundo. Y ni las olimpiadas ni ningún otro evento evitará que se sigan haciendo eventos "a la antigüa", por lo que no creo que se pierda la esencia del breaking.

Estaba revisando mis gastos recurrentes y me di cuenta que AWS cobra muy caro por una instancia de EC2 y una base RDS... aunque la instancia solo este en función de "mantener las luces prendidas" y la base de datos tenga una o dos tablas sin registros ni queries corriendo. Fueron 30 dólares, aproximadamente 340 pesos hoy, por un mes de "uso". Claro que borre esos juguetitos, pues no eran más que eso, estaba jugando con servicios de AWS.

Me hizo pensar que tal vez no sea muy inteligente seguir hosteando mi sitio personal y portafolio con Hostgator, y eventualmente decidí migrar a este nuevo sitio. Traeré algunas cosas que había escrito antes y las agregaré como entradas anteriores, pero la idea es tener todo aquí ahora.

Hostgator me cobraba alrededor de 250 dólares cada 3 años. Eso hoy se traduce a 4,250 pesos. Dividido entre 3 son 1417 pesos por año.

La infraestructura que había creado en ese sitio usaba un CMS (content management system) open source llamado anchorCMS, pero este ya lleva años sin desarrollo, pues el grupo que administraba el proyecto decidió cerrarlo cuando su creador murió en el 2020.

Por eso ahora esta nueva encarnación de mi sitio está basada en blogger - una herramienta de blogs que fue comprada por Google en el 2003. Ustedes se preguntarán, ¿¡cuál es la fijación de JP con usar tecnología vieja!?

La respuesta es sencilla:

1. Blogger es gratis. (bajaré mis gastos, que fue lo primero que pensé al empezar a revisar alternativas)

2. Blogger es de Google. (probablemente no lo cierren mañana si su creador se muere)

3. He usado Blogger desde que estoy chiquillo (ya estoy acostumbrado a la plataforma, la usaba para documentar ocurrencias, como cuando me fui de viaje a japón por primera vez)

Y pues es todo, se me hizo interesante pensar que aunque haya "cloud hyperscalers", empresas como Hostgator y GoDaddy todavía tengan mercado.

Claramente me voy de un extremo a otro, pues ahora solo pagaré mi cuota anual para mi dominio.

Newer Posts
Older Posts

Follow Us

  • facebook
  • instagram

Categories

  • arte
  • Pensamientos de regadera
  • Temas Técnicos
  • japón
  • Breaking

recent posts

Blog Archive

  • diciembre 2023 (1)
  • noviembre 2023 (3)
  • octubre 2023 (1)
  • agosto 2023 (4)
  • abril 2016 (1)
  • julio 2015 (1)
  • diciembre 2012 (1)
  • febrero 2012 (1)

2024 JP Romero